March 31, 2011 | Houston Chron | Articulo original

Voter ID, ¿afectará el voto hispano?

El Voter ID, o ley de identificación del votante, está muy cerca ahora de convertirse en ley tras haber sido aprobadas en la Legislatura las versiones del Senado y de la Cámara de Representantes, que tendrán que crear una versión única para que la firme el gobernador Rick Perry.

Eso significa que todo ciudadano registrado para votar que viva en Texas probablemente tendrá que presentar una identificación con fotografía para poder votar en las elecciones de 2012.

Si bien para algunos esto es motivo de celebración, como por ejemplo la representante republicana Patricia Harless, de Spring, autora del proyecto de la Cámara Baja, porque, dicen, regulariza el proceso de votación, para otros es motivo de preocupación. Según varios activistas que defienden a las minorías, el Voter ID sólo contribuirá a poner más dificultades para que latinos y afroamericanos salgan a votar.

"(Los hispanos) no votamos en los números que somos por diferentes razones… muchas veces por otras prioridades, el trabajo, la familia… En vez de hacerles más fácil la oportunidad de participar en las elecciones, lo estamos haciendo más difícil", afirma la representante demócrata Jessica Farrar, de Houston.

La ley puede desanimar el voto hispano porque para obtener o renovar una licencia de manejo o una identificación personal "en nuestra comunidad muchos trabajan… por hora y tienen que tomar tiempo de su día porque las oficinas de DPS (Department of Public Service) no están abiertas después de horas laborales o durante fines de semana", explica Farrar. "También tenemos muchos que usan transportación pública, eso también se les hace difícil, porque las oficinas de DPS quedan lejos".

Farrar hace referencia a las tarjetas que servirían como identificación para un votante, principalmente una licencia de manejo pero también otras (ver recuadro).

La representante también indica que puede haber problemas en los centros de votación. Por ejemplo, que el nombre en la tarjeta de votante no coincida con el de la identificación personal, algo común entre los hispanos que usan dos apellidos, el paterno y materno, o lo cambian al hacerse ciudadanos. "Me hizo pensar en mi mamá. En su ID puso Yolanda de Farrar, como en México… en su tarjeta de votación… no tiene el 'de'".

Pero los defensores del Voter ID creen que, de hecho, el Voter ID animará más a la participación de los votantes porque "restituye la integridad del proceso electoral", como explica Harless. "Da la confianza a la gente de que su voto cuenta y que no quedará suprimido por un voto fraudulento".

En general, las votaciones en ambas cámaras han seguido la línea partidaria: los republicanos, que actualmente controlan la Legislatura, favorecen la ley, mientras que los demócratas, la rechazan.

Los expertos opinan que en esta disputa están por un lado los republicanos, que quieren quedar bien con sus seguidores, para los que proteger la limpieza del voto es importante y entre los cuales hay algunos que temen que inmigrantes indocumentados lleguen a las urnas.

Y, por otro, un Partido Demócrata al que le preocupa que las minorías o personas de bajos recursos en general, regularmente sus votantes, opten por no acudir a las urnas al tener que cumplir un requisito más.

Posiciones políticas

Para los expertos, el tema del Voter ID es un asunto que debe mirarse bajo el prisma político, ya que no existen datos o evidencias claras que documenten ni que haya habido casos de fraude electoral en Texas por falta de identificación de los votantes ni de que un gran número de votantes haya dejado de votar por tener que portar la identificación.

"Es anecdótico (de ambas partes)", dice Verónica Vargas Stidvent, directora de Liderazgo Hispano de la Escuela de Negocios McCombs, en la Universidad de Texas en Austin, "Unos dicen que algo está sucediendo aunque no lo sepamos, otros dicen que algo podría suceder", resume.

"Desde el punto de vista lógico, es comprensible la premisa de que si tienes que llevar una identificación con fotografía para cobrar un cheque, para algo tan importante como votar no debería ser gran cosa", dice Renée Cross, directora asociada del Centro Hobby de Política Pública de la Universidad de Houston.

Pero, añade, por otro lado, "¿Por qué estamos aprobando leyes donde no hay un problema?", en referencia a la hipotética posibilidad de fraude electoral no demostrada.

"Del otro lado", continúa Cross, "no estamos viendo evidencias concretas de que estas leyes hayan realmente privado del voto a nadie", y recuerda que leyes similares en estados como Indiana o Georgia llevan poco tiempo en vigor.

Sobre por qué en Estados Unidos no hay una credencial electoral nacional con foto como en otros países de América o en Europa, Cross recuerda que EE.UU. tradicionalmente ha estado en contra de dar al gobierno central más poder sobre los ciudadanos.

La iniciativa de Texas también debe ser aprobada por el Departamento de Justicia, según la Ley de Derechos de Votación de 1964, que incluye a Texas entre otros estados que deben cumplir este requisito por discriminación previa a minorías.

Tira y afloja

"En todo lo que hacemos tenemos que enseñar algún tipo de identificación, desde rentar un auto… hasta ir al doctor. Pensamos, según los testimonios en el comité, que hay muy pocos votantes registrados que carezcan de alguna de las identificaciones para votar aprobadas", argumenta Harless.

Además, añade la representante, quienes demuestren que carecen de los medios suficientes podrán recibir una identificación gratuita.

"Este proyecto de ley nunca fue sobre ciudadanía, idioma o inmigración. Es para preservar y proteger la integridad de nuestro proceso electoral", dice la autora del proyecto.

De todas formas, recalca Vargas Stidvent, con o sin ley de Voter ID, los latinos no votan según su número potencial, y sería un error, señala, culpar a esa ley de un patrón de conducta derivado de razones complejas.

Pero Luis Figueroa, abogado del grupo de derechos civiles latino MALDEF, cuestiona el razonamiento de fondo de la ley: "Sólo aborda el menos común de los fraudes electorales, y lo hace con el riesgo de suprimir votos".

No queda resuelto, explica Figueroa, el fraude electoral en los votos por correo, la intimidación en las casillas, o irregularidades por errores o corrupción de empleados electorales.

Además, dice, aunque la identificación puede ser expedida gratis, no hay fondos para, por ejemplo, transportar a una persona mayor a una oficina de DPS.

El mayor problema de este proyecto de Voter ID, subraya el abogado, es que "es más restrictivo" que sus versiones previas, de 2005 a la fecha.

Figueroa se refiere a la restricción en el uso de otras identifi-caciones, como la del Medicaid o tarjetas de estudiante. Muchos de éstos no manejan y, al igual que los hispanos, están entre los grupos que menos votan.

"También es la más restrictiva del país. En Indiana tienen más identificaciones alternativas… otros estados permiten licencias que estén vencidas" por más de 60 días, dice.

Claudia Ortega Hogue, directora de participación cívica de NALEO en Houston, explica que la organización, rechaza el proyecto porque restringe la participación plena de los latinos.

Sin embargo, promete que de ser ley, NALEO "va a trabajar el doble para asegurarnos que nuestra comunidad esté bien informada, siga participando".

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